Érase una vez...
Hubo una Candy y un Dan.
Las cosas estaban muy calientes ese año.
Toda la cera se derretía en los árboles.
Él subía balcones, subía en todas partes, hacía cualquier cosa por ella, oh chico Danny.
Miles de aves, las más pequeñas aves, adornaban su cabello.
Todo era de oro.
Una noche, la cama se incendió.
Era guapo y un muy buen criminal.
Vivíamos en las barras de luz solar y el chocolate.
Era la tarde de placer extravagante.
Danny el temerario.Candy se perdió.
Los últimos rayos de sol de cruceros como los tiburones
.Quiero probar su camino esta vez.
Entraste en mi vida muy rápido y me gustó.
Hemos aplastado en el fango de nuestra alegría.
Yo estaba mojada con la rendición.
Luego hubo un vacío en las cosas y toda la tierra inclinada.
Este es el negocio. Esto, es lo que estamos buscando.
Contigo dentro de mí viene la escotilla de la muerte.
Y tal vez nunca simplemente logre dormir de nuevo.
El monstruo en la piscina.
Somos una familia adecuada ahora con los gatos y las gallinas y judías verdes. Dondequiera que miraba.
Y a veces te odio.
Ángel de la tormenta. Acuérdate de mí en mi opacidad.
Se señaló al cielo, que una llamada o una estrella Sirio perro, pero aquí en la tierra.
Haha eres tan condenadamente gracioso.
Un jarrón de flores junto a la cama.
Mis rodillas desnudas azul de la madrugada.
Estas hojas volantes y se han ido y yo me voy también.
Me rompió la cabeza en la parte posterior de la cama, pero el bebé murió en la mañana.
Le di un nombre. Su nombre era Thomas. Pobre Dios.
Su corazón late como un tambor de vudú...
Sòlo podìa pensar en él... Porque él era todo para ella... todo.
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